El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,
y el conocimiento del Santísimo
es la inteligencia. (Proverbios 9: 10).
y el conocimiento del Santísimo
es la inteligencia. (Proverbios 9: 10).
El verdadero objeto de la educación es formar
hombres y mujeres idóneos para servir, desarrollar y poner en ejercicio activo
todas sus facultades. La obra de nuestros colegios y escuelas preparatorias
debe ser fortalecida año tras año; porque en ellas nuestros jóvenes han de
prepararse para entrar en el servicio del Señor como obreros eficientes. El
Señor invita a los jóvenes a ingresar en nuestras escuelas a fin de prepararse
rápidamente para una obra activa. El tiempo es corto. Por doquiera se necesitan
obreros para Cristo. Incentivos urgentes deben ofrecerse a los que debieran
estar hoy empeñados en un esfuerzo ferviente por el Maestro.
Nuestras escuelas han sido establecidas por el
Señor; y si son dirigidas en armonía con su propósito, los jóvenes enviados a
ellas serán rápidamente preparados para dedicarse a diversos ramos de la obra
misionera. Algunos se alistarán para
entrar en el campo como enfermeros misioneros, otros como colportores, otros
como evangelistas, y aun otros como ministros evangélicos. Algunos estarán
preparados para encargarse de las escuelas de iglesia, en las cuales se han de
enseñar a los niños los rudimentos de la educación. Esta obra es muy
importante, y exige gran habilidad y estudio cuidadoso.
Satanás está procurando apartar a los hombres y
mujeres de los principios correctos. El enemigo de todo bien desea ver a los
seres humanos adiestrados de tal manera que ejerzan influencia de parte del
error, en vez de usar sus talentos para beneficio de sus semejantes. Y muchos
que profesan pertenecer a la verdadera iglesia de Dios caen bajo sus engaños.
Los induce a desviarse de su fidelidad al Rey de los cielos... Para fortalecer a los jóvenes contra las tentaciones
del enemigo, hemos establecido escuelas donde pueden prepararse para ser útiles
en esta vida y servir a Dios durante toda la eternidad. Los que son sinceros para la gloria de Dios
desearán fervorosamente prepararse para un servicio especial; porque el amor de
Cristo tendrá una influencia controladora sobre ellos. Este amor imparte una
energía más que finita, y prepara a los seres humanos para realizaciones
divinas.
Consejos para los maestros, pp. 377, 378. 243 RP/EGW
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