jueves, 17 de septiembre de 2020

18. “ESTER” IX. FORTALECIDOS POR EL ESPÍRITU.

Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? (Ester 4: 13, 14).

En tiempos antiguos el Señor obró de una manera maravillosa mediante mujeres consagradas, que en la obra se unieron a hombres que él había elegido como representantes suyos. Las usó para ganar victorias grandes y decisivas. En tiempo de emergencia, más de una vez las llevó al frente, y por intermedio de ellas obró para salvar muchas vidas. Mediante la reina Ester, el Señor llevó a cabo una poderosa liberación de su pueblo. En un momento cuando parecía que ningún poder podría salvarlos, Ester y las mujeres asociadas con ella, con ayuno, oración y acción decidida, afrontaron el problema y trajeron salvación a su pueblo. 

Un estudio de la acción realizada por las mujeres en relación con la causa de Dios en tiempos del Antiguo Testamento, nos enseña lecciones que hoy nos capacitarán para afrontar emergencias en la obra. Puede ser que no lleguemos a una situación especial y crítica como la que experimentó el pueblo de Dios en tiempos de Ester, pero, a menudo, las mujeres convertidas pueden desempeñar un papel importante en cargos más humildes.

 Muchas ya han hecho esto, y todavía están listas para hacerlo. Es tarea de la mujer la de unirse con su esposo en disciplinar y educar a sus hijos e hijas, para que se conviertan y sus facultades sean consagradas al servicio de Dios. Hay muchas que tienen habilidades como para apoyar a sus esposos en la obra del sanatorio, para dar tratamientos a los enfermos y para hablar palabras de consejo y ánimo a otros. Varias deberían procurar, una educación que las capacite para actuar como médicos. Letters to Sanitarium Workers, pp. 1, 2. 273 RP/EGW/MHP

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