domingo, 13 de septiembre de 2020

13. “ELISEO” IX. FORTALECIDOS POR EL ESPÍRITU.

Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. (2 Reyes 2: 9).
Podemos aprender valiosas lecciones de la experiencia del profeta Eliseo. Eliseo fue elegido por el Señor como auxiliar de Elías, y mediante diversas pruebas demostró ser fiel a su cometido. Estaba dispuesto a ser y a hacer cualquier cosa que el Señor indicara. No buscaba evitar el servicio más humilde, pero era tan fiel en la realización de los deberes menores como en el desempeño de las responsabilidades mayores. Por más desagradable que pudiera ser para sus inclinaciones naturales, estaba dispuesto a servir en cualquier cargo para el cual el Señor lo designara. Y a cada paso aprendía lecciones de humildad y servicio...
"Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí" (2 Rey. 2: 9).
No pidió honores mundanales, ni un lugar elevado entre los grandes de la tierra. Lo que anhelaba era una doble porción del espíritu dado a quien Dios estaba a punto de honrar con la traslación. Él sabía que nada, sino una doble porción del Espíritu que había descansado sobre Elías, lo prepararía para ocupar su lugar, porque Elías tenía la experiencia y la sabiduría de la edad, que por ningún método pueden ser impartidas a los jóvenes...
Cuando en su providencia el Señor ve conveniente sacar de su obra a quienes dio sabiduría, él ayuda y da fuerzas a sus sucesores, si éstos están dispuestos a buscar su sostén y a andar en sus caminos. Pueden llegar a ser aún más sabios que sus predecesores; porque tienen la ventaja de beneficiarse con su experiencia y aprender de sus errores.
El Señor tiene un cuidado especial por su iglesia. Quienes busquen sabiduría de él serán luces en el mundo, y brillarán más y más hasta que el día sea perfecto. Manuscrito 114, 13 de noviembre de 1901. 268 RP/EGW/MHP

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