jueves, 8 de octubre de 2020

09. “ABRIENDO EL CORAZÓN” X. PREPARADOS POR EL ESPÍRITU.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15: 5).

El Señor desea hacer del hombre el depósito de la influencia divina, y lo único que impide la realización de su designio es la actitud de los creyentes que cierran sus corazones a la Luz de la vida. La apostasía provocó el retiro del Espíritu Santo del ser humano, pero, mediante el plan de redención, esta bendición del cielo será restaurada a los que sinceramente la desean. El Señor ha prometido dar todos los buenos dones a quienes los pidan, y esto se define cuando viene acompañado del Espíritu Santo.

Cuanto más descubramos nuestra necesidad real -nuestra verdadera pobreza-, tanto más desearemos el don del Espíritu Santo. Nuestra vida será transformada, no en canales de ambición y presunción, sino de ferviente súplica, pidiendo la iluminación del cielo. Por cuanto no vemos nuestra necesidad ni percibimos nuestra pobreza, no hacemos fervorosos ruegos mirando a Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe, para que nos otorgue la bendición...

Jesús dijo: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá" (Mat. 7:7). En proporción a nuestro aprecio de la necesidad y valor de las cosas celestiales, buscaremos alcanzarlas. "Separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15: 5), dijo Jesús. Sin embargo, muchos piensan que el hombre puede realizar mucho con su fuerza y sabiduría finitas. Satanás está listo para ofrecer su consejo a fin de ganar muchas personas en el juego de la vida.

Cuando los hombres no sienten la necesidad de pedir consejo a sus hermanos, algo anda mal; confían en su propia sabiduría. Es esencial que los hermanos se aconsejen recíprocamente. He sido impulsada a estimular esto durante los últimos cuarenta y cinco años. Una y otra vez se me ha repetido la instrucción de que los que se ocupan de tareas importantes en la causa de Dios, no deberían seguir sus propias ideas, sino buscar consejo entre los suyos. Manuscript Releases, t. 2, p. 333. 294 RP/EGW/MHP


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