miércoles, 29 de mayo de 2019

UNA MEJOR MANERA DE VIVIR CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL/CLÁSICO/MHP “Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: "Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo y sea toda mi 70 obra hecha en ti". Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios y será cada vez mas semejante a la de Cristo” CC. 69,70.




CANAL LA MANERA SABIA DE VIVIR (Comienza Tu Día, 
Escuchando La Voz De Dios) Ministerio Hno. PIO/IASD

lunes, 27 de mayo de 2019

01. DIOS TAMBIÉN TIENE REGLAS. RM EGW


*NUESTRA ÚNICA RESPONSABILIDAD
Como Supremo Legislador del universo, Dios ha ordenado leyes no sólo para el gobierno de todos los seres vivientes, sino de todas las operaciones de la naturaleza.  Todo, ya sea grande o pequeño, animado o inanimado, está bajo leyes fijas que no pueden ser desdeñadas.  No hay excepciones a esta regla, pues nada de lo hecho por la mano divina ha sido olvidado por la mente divina.  

Sin embargo, al paso que todo lo que hay en la naturaleza es gobernado por la ley natural, sólo el hombre, como ser inteligente, capaz de entender sus requerimientos, es responsable ante la ley moral.  

Sólo al hombre, corona de la creación divina, Dios ha dado una conciencia que comprende las demandas sagradas de la ley divina, y un corazón capaz de amarla como santa, justa y buena.  Del hombre se requiere pronta y perfecta obediencia.  Sin embargo, Dios no lo obliga a obedecer: queda como ser moral libre.

Son pocos los que comprenden el tema de la responsabilidad personal del hombre.  
Sin embargo, es un asunto de máxima importancia.  Todos podemos obedecer y vivir, o podemos transgredir la ley de Dios, desafiar su autoridad y recibir el castigo consiguiente.  

De modo que a cada alma le incumbe decididamente la pregunta: ¿Obedeceré la voz del cielo, las diez palabras pronunciadas en el Sinaí, o iré con la multitud que pisotea esta ígnea ley?  

Para los que aman a Dios, será la máxima delicia observar los mandamientos divinos y hacer aquellas cosas que son agradables a la vista de Dios.  Pero el corazón natural odia la ley de Dios y lucha contra sus santas demandas. los hombres cierran su alma a la luz divina, rehusando caminar en ella cuando brilla sobre ellos.  Sacrifican la pureza del corazón, el favor de Dios y su esperanza del cielo a cambio de la complacencia egoísta o las ganancias mundanales.

Dice el salmista: "la ley de Jehová es perfecta" (Sal. 19: 7). 
¡Cuán maravillosa es la ley de Jehová en su sencillez, su extensión y perfección!  Es tan breve, que podemos fácilmente aprender de memoria cada precepto, y sin embargo tan abarcante como para expresar toda la voluntad de Dios y tener conocimiento no sólo de las acciones externas, sino de los pensamientos e intenciones, los deseos y emociones del corazón. 

 Las leyes humanas no pueden hacer esto.  Sólo pueden tratar con las acciones externas.  Un hombre puede ser transgresor y, sin embargo, puede ocultar sus faltas de los ojos humanos.  Puede ser criminal, ladrón, asesino o adúltero, pero mientras no sea descubierto, la ley no puede condenarlo como culpable.  

La ley de Dios toma en cuenta los celos, la envidia, el odio, la malignidad, la venganza, la concupiscencia y la ambición que agitan el alma, pero que no han hallado expresión en acciones externas porque ha faltado la oportunidad aunque no la voluntad.  Y se demandará cuenta de esas emociones pecaminosas en el día cuando "Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala" (Ecl. 12: 14).


EL OBEDECER TRAE FELICIDAD
La ley de Dios es sencilla y se entiende fácilmente.  Hay hombres que se jactan orgullosamente de que sólo creen lo que pueden entender, olvidándose de que hay misterios en la vida humana y en la manifestación del poder de Dios, en las obras de la naturaleza: misterios que la filosofía más profunda, la investigación más extensa, son incapaces de explicar.  

Pero no hay misterios en la ley de Dios. Todos pueden comprender las grandes verdades que implica.  El intelecto más débil puede captar esas reglas; el más ignorante puede regular su vida y formar su carácter de acuerdo con la norma divina. 

 Si los hijos de los hombres obedecieran esta ley al máximo de su capacidad, ganarían fortaleza para su mente y poder de discernimiento para comprender todavía más el propósito y los planes de Dios.  Y este progreso sería continuo, no sólo durante la vida presente, sino durante los siglos eternos, pues no importa cuán lejos avancemos en el conocimiento de la sabiduría y del poder de Dios, siempre queda un infinito más allá.

La ley divina nos demanda amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  Sin el ejercicio de este amor, la más elevada profesión de fe es mera hipocresía...

Es esencial la obediencia a la ley, no sólo para nuestra salvación, sino para nuestra felicidad y para la felicidad de aquellos con quienes nos relacionamos.  

"Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo" (Sal. 119: 165), dice la Palabra inspirada.  Sin embargo, el hombre finito presentará a la gente esta ley santa, justa y buena, esta ley de libertad que el Creador mismo ha adaptado para las necesidades del hombre, como un yugo de opresión, un yugo que nadie puede llevar.  Pero es el pecador el que considera la ley como un yugo penoso; es el transgresor el que no puede ver belleza en sus preceptos.  Pues la mente carnal "no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede" (Rom.  8: 7)...  


MÁS ALLÁ DE LAS PROHIBICIONES
Vivimos en un siglo de gran impiedad. Las multitudes están esclavizadas por costumbres pecaminosas y malos hábitos, y son difíciles de romper los grillos que las atan.  Como un diluvio, la iniquidad está inundando la tierra.  Ocurren diariamente crímenes casi demasiado horrorosos para ser mencionados.  

Y, sin embargo, hombres que profesan ser atalayas en las murallas de Sion quieren enseñar que la ley era sólo para los judíos y que caducó con los gloriosos privilegios que comenzaron en la era evangélica. 

¿No hay acaso una relación entre el desenfreno y el crimen imperantes, y el hecho de que los ministros y sus fieles sostienen y enseñan que la ley no está más en vigencia?

El poder condenador de la ley de Dios se extiende no sólo a lo que hacemos, sino a lo que no hacemos.  

No hemos de justificarnos dejando de hacer lo que Dios requiere. No sólo hemos de cesar de hacer el mal, sino que debemos aprender a hacer el bien.  


DIOS NOS HA DADO FACULTADES que deben ejercerse en buenas obras, y si no se emplean esas facultades, ciertamente seremos considerados como siervos malos y negligentes.  

Quizá no hayamos cometido atroces pecados; tales faltas quizá no estén registradas contra nosotros en el libro de Dios; pero el hecho de que nuestros actos no sean registrados como puros, buenos, elevados y nobles -lo que indica que no hemos cultivado los talentos que se nos confiaron-, nos coloca bajo condenación.

La ley de Dios existía antes de que el hombre fuera creado. Fue adaptada a las condiciones de seres santos: aun los ángeles eran gobernados por ella.  No se cambiaron los principios de justicia después de la caída.  Nada fue quitado de la ley.  No podía mejorarse ninguno de sus santos preceptos.  Y así como ha existido desde el comienzo, de la misma manera continuará existiendo por los siglos perpetuos de la eternidad.  Dice el salmista: "Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido"
 (Sal. 119: 152).* EGW/RM 30-33 MHP

jueves, 23 de mayo de 2019

III. FRUCTÍFEROS EN EL ESPÍRITU: 21. GENEROSIDAD.


Que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y 
su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. (2 Corintios 8: 2). 
Venceremos el egoísmo y ejemplificaremos la mente de Cristo únicamente cuando los propósitos cristianos sean conocidos en plenitud, la conciencia sea despertado al deber, y la luz divina deje sus impresiones en el corazón y el carácter. Cuando el Espíritu Santo obre en ellos, arrojarán todas las tendencias codiciosas y los deseos engañosos. Cuando un siervo del Señor es portador de un mensaje para la iglesia, es Dios mismo quien habla al pueblo para despertar su conciencia a fin de que sepa que no le ha entregado un diezmo fiel, y que se equivoca cuando le parece que no es conveniente presentarle sus ofrendas. Utilizan el dinero del Señor con propósitos personales al construir casas, comprar caballos, carruajes y tierras para obtener buenos dividendos, mientras que cada año repiten la misma excusa para abstenerse de dar.

 "¿Robará el hombre a Dios?" (Mal. 3: 8). 
Por supuesto que puede. Al no tener una mente espiritual, muchas veces incurre en este error por falta de discernimiento. En algunas ocasiones, el Señor obra decididamente en el corazón de los que son mundanos y egoístas. Mediante el Espíritu Santo ilumina sus mentes y por su influencia enternece y subyuga su corazón. Inspirados por un sentido de la abundante gracia de Dios, llegan a considerar un deber el promover su causa y construir su reino. Aceptan el consejo: "Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan" (Mat. 6: 20). 

Desean tener parte en el reino de Dios y se comprometen a dar de sus recursos para los proyectos de la causa del Señor. El compromiso no lo hacen con los hombres, sino con Dios, en la presencia de sus santos ángeles, que obran en el corazón de hombres que fueron egoístas y amadores del dinero.
 Review and Herald, 23 de mayo de 1893.  RP EGW

martes, 21 de mayo de 2019

III. FRUCTÍFEROS EN EL ESPÍRITU: 20. AMOR FRATERNAL.


Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, 
prefiriéndoos los unos a los otros. (Romanos 12: 10).

 Cuando el Espíritu Santo inunde las mentes humanas, desaparecerán todas las quejas y las acusaciones mezquinas que ocurren entre los hombres y sus semejantes. Los luminosos rayos del Sol de Justicia brillarán en las cámaras de la mente y el corazón. En nuestro culto a Dios no debe existir distinción entre ricos y pobres, ni entre blancos y negros. Debe eliminarse todo prejuicio. Cuando nos acercamos a Dios, debemos hacerlo como una sola hermandad. 

Somos peregrinos y extranjeros, y vamos en viaje hacia una tierra mejor, a saber, la patria celestial. Allí terminarán para siempre todo orgullo, toda acusación y toda vana ilusión. Se quitará toda máscara y "lo veremos tal como él es" (1 Juan 3: 2). Allí nuestros cantos repetirán el tema inspirador, y tributarán alabanza y agradecimiento a Dios. El Señor Jesús vino a esta tierra a salvar a los hombres y las mujeres de todas las nacionalidades. Murió tanto por la raza de color como por la raza blanca. 

Jesús vino para iluminar a todo el mundo. Al comienzo de su ministerio declaró cuál era su misión: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor" (Luc. 4: 18, 19). 

Los ojos de Dios están sobre todas sus criaturas, él las ama a todas, y no establece diferencia alguna entre el blanco y el negro; la única diferencia consiste en tratar con especial y tierna compasión a los que tienen que soportar cargas más pesadas que otros. 

Los que aman a Dios y creen en Cristo como su Redentor, aunque tengan que hacer frente a las pruebas y a las dificultades que encuentran a su paso, deben aceptar con un espíritu gozoso su vida tal como es, y considerar que Dios ve todas estas cosas desde lo alto, y que por todo lo que el mundo deja de proporcionarles, Dios mismo los resarcirá con sus favores escogidos.
 Mensajes selectos, t. 2, p. 551. RPEGW

III. FRUCTÍFEROS EN EL ESPÍRITU: 19. FRATERNIDAD.


La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos unos. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. (Juan 17: 22, 23). 

Se presentan grandes desafíos al esfuerzo cristiano; lamentablemente estamos muy distantes de alcanzarlos. Si nuestras prácticas armonizaran con los planes del Señor, los resultados serían gloriosos. Él dice: "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste"
 (Juan 17: 20, 21). 

Jesús no oró por lo que están fuera de nuestro alcance. Y si la unidad es posible, ¿por qué los seguidores de Cristo no luchamos con más intensidad para alcanzar este don de su gracia? Cuando seamos uno con Cristo, llegaremos a ser uno con sus otros seguidores. Nuestra mayor necesidad es Jesús, la esperanza de gloria. Mediante el Espíritu Santo es posible lograr dicha unidad; con ella abundará el amor entre los hermanos, y la gente reconocerá que lo aprendimos al estar con Jesús. Nuestras vidas serán un refiero de su carácter santo si representamos su mansedumbre de espíritu y su delicadeza de comportamiento. 

Individualmente, la iglesia de Dios debe responder la oración de Cristo hasta que todos lleguemos a la unidad del Espíritu. ¿Cuáles son las causas de las disensiones y las discordias? 
Es el resultado de vivir sin relacionarnos con Cristo. Al alejarnos dejaremos de amarlo, y, como consecuencia, se enfriará nuestras relaciones con otros seguidores del Maestro. Cuanto más lejos se retiran los rayos de luz de su centro, tanto mayor será la distancia que separará al uno del otro. 

Cada creyente es un rayo de luz de Cristo, el Sol de Justicia. Cuanto más cerca estemos de Jesús. el centro de luz y amor, más intenso será nuestro afecto por los otros portadores de la luz. Cuando los santos permiten que Cristo los atraiga, mayor será la necesidad de sentirse cerca el uno del otro por la santificadora gracia del Señor que ata sus corazones. No podemos decir que amamos a Dios si faltamos en amar a nuestros hermanos.
EGW 1888 Materials, pp. 1048, 1049. RP 

III. FRUCTÍFEROS EN EL ESPÍRITU: 18. UNIDAD.


Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. (Juan 17: 20, 21). 

La armonía y unión existentes entre hombres de diversas tendencias es el testimonio más poderoso que pueda darse de que Dios envió a su Hijo al mundo para salvar a los pecadores. A nosotros nos toca dar este testimonio; pero, para hacerlo, debemos colocarnos bajo las órdenes de Cristo. Nuestro carácter debe armonizar con el suyo, nuestra voluntad debe rendirse a la suya. Entonces trabajaremos juntos sin contrariarnos. 

Cuando uno se detiene en las pequeñas divergencias, se ve llevado a cometer actos que destruyen la fraternidad cristiana. No permitamos que el enemigo obtenga en esta forma la ventaja sobre nosotros. Mantengámonos siempre más cerca de Dios y más cerca unos de otros. Entonces seremos como árboles de justicia plantados por el Señor, y regados por el río de la vida. ¡Cuántos frutos llevaremos! ¿No dijo Cristo: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto" (Juan 15: 8)?

 El Salvador anhela que sus discípulos cumplan el plan de Dios en toda su altura y profundidad. Deben estar unidos en él, aunque se hallen dispersos en el mundo. Pero Dios no puede unirlos en Cristo si no están dispuestos a abandonar su propio camino para seguir el suyo. Cuando el pueblo de Dios crea sin reservas en la oración de Cristo, y en la vida diaria ponga sus instrucciones en práctica, habrá unidad de acción en nuestras filas. 

Un hermano se sentirá unido al otro por las cadenas del amor de Cristo. Sólo el Espíritu de Dios puede realizar esta unidad. El que se santificó a sí mismo puede santificar a sus discípulos. Unidos con él, estaremos unidos unos a otros en la fe más santa. Cuando nos esforcemos para obtener esta unidad como Dios desea que luchemos, la disfrutaremos. Joyas de los testimonios, t. 3, pp. 246, 247. RP EGW 

12 SERIE DE SERMONES PROFÉTICOS CON ESTEBAN BOHR/VIDEOS/MHP


I. LA GRAN CADENA PROFÉTICA CON ESTEBAN BOHR.
TEMAS: “El Fundamento” LA GRAN CADENA PROFÉTICA” 
“¿QUÉ ES LA VERDAD PRESENTE?”
“La Historia Norte Americana...” “Adorando Al Creador” 
“Preparación Para La Crisis Final”


II. CONFLICTO CÓSMICO CON ESTEBAN BOHR. 
TEMAS: “La Vindicación Del Carácter De Dios 1” “La Vindicación Del Carácter De Dios 2” “El Cordero Sin Mancha” “El Cordero Inmolado” “Abogado Tenemos” “El Mensaje del Lugar Santísimo” “Viviendo Sin Intercesor” “El Fin Del Conflicto”


III. SECRETOS REVELADOS “ESCUELA DE TEOLOGÍA ANCLA” CON ESTEBAN BOHR.
12 TEMAS DE “IMPACTO PROFÉTICO”


IV. MATEO 24 Y LAS SEÑALES DEL TIEMPO DEL FIN CON ESTEBAN BOHR.
TEMARIO: Siete Grandes Verdades En Cuanto A Mateo 24, Las Águilas De Babilonia, La Abominación Asoladora, El Agüero Del Águila, Presagios Del Futuro, El Panorama De Eventos Finales, El Retorno De Las Águilas, Mateo 24 Y El Falso Profeta, La Gran Tribulación, Material Adicional Sobre El Tiempo De Angustia, Como Ladrón En La Noche, El Retoñar De La Higuera, Los Tiempos De Los Gentiles, La Ultima Abominación, Viviendo A La Expectativa.


V. 15 PRINCIPIOS DE INTERPRETACIÓN PROFÉTICA (ANCLA ESCUELA DE TEOLOGÍA).
15 Principios De Interpretación Profética. (24 TEMAS)


VI. LOS 24 ANCIANOS DEL LIBRO DE APOCALIPSIS CON ESTEBAN BOHR.
TEMARIO: Introducción A Los 24 Ancianos, El retorno del Héroe de Guerra, ¿Quiénes Son Los 24 Ancianos?, Los Dos Representantes Terrestres, ¿Los Redimidos De La Tierra?, Las Funciones De Los Ancianos.


VII. LOS 144000 DEL LIBRO DE APOCALIPSIS CON ESTEBAN BOHR.
TEMARIO: Introducción A Los 144000, ¿Número Literal O Simbólico?, Los 144000 Y La Gran Muchedumbre, Israel ¿Literal Y Local O Simbólico Y Mundial?, El Sello De Dios, El Sello Del Dios Vivo.


VIII. “UN DÍA MEMORABLE” CON ESTEBAN BOHR.
EL SÁBADO, SÉPTIMO DÍA. Un Memorial En El Tiempo…
Textos bíblicos del antiguo y nuevo testamento.


IX. EL ORIGEN, EL MENSAJE Y LA MISIÓN DEL REMANENTE CON ESTEBAN BOHR.
TEMARIO: Los Tres Pasos del Juicio, “Aumentará La Ciencia” “Daniel 10 y el Librito” “El Ángel Con Voz De León” “Descifrando El Misterio” "La Consumación Del Misterio De Dios" “Una Experiencia Dulce Y Luego Amarga” “Profetiza De Nuevo” “Viviendo En El Día De Expiación” 


X. TEMAS VARIOS CON ESTEBAN BOHR. TEMAS PROFÉTICOS.


XI. DESCUBRIENDO LOS MISTERIOS DEL GÉNESIS CON ESTEBAN BOHR. 
TEMAS PROFÉTICOS: “Cómo Estudiar El Libro De Génesis” “La Serpiente La Mujer Y La Simiente” “La Rebelión Del Querubín Cubridor” “Génesis Y El Tema Central De La Biblia” “Una Conspiración Secreta” “El Duelo En El Huerto” “La Ley La Gracia Y La Salvación” “Las Cinco Artimañas De Satanás” “Dos Errores Monumentales Y Mortíferos” “El Día Casi Olvidado” “La Señal Eterna Del Todo Poderoso” “Un Cataclismo Peor Que Katrina” “Como Nacer De Nuevo” “Llaves Que Abren El Misterio De La Muerte” “El Fuego Eterno De Sodoma” “La torre de Babel y el Nuevo Orden Mundial” “Abraham y las Promesas del Pacto” “Israel Y Los Palestinos” “El Futuro Del Mundo Predicho” “El Príncipe Y El Dragón” “El Anticristo Y El Numero 666” “Los EEUU En La Profecía” “Un Árbol Y Un Día” “Cuatro Secretos De La Verdadera Riqueza” “La Gran Batalla De Armagedón” “Génesis Y Los 144000” “Génesis Y El Milenio Apocalíptico” “Los Ocho Secretos De Salud” “Y Vivieron Felices Para Siempre” “Uno Mayor Que José” “Perdición Eterna Por un Plato de Lentejas” “Cómo Desarrollar Una Fe Omnipotente” “Los Hijos De Dios Y Las Hijas De Los Hombres” “La Generación De Enoc” “Génesis Y La Iglesia Verdadera” “Génesis Y Las Profecías De Tiempo”


XII. TEXTOS DIFÍCILES SOBRE EL ESTADO DE LOS MUERTOS CON ESTEBAN BOHR/VIDEOS. 
TEMAS: El Árbol De La Inmortalidad, Un Ladrón Y Una Pitonisa, El Rico Y Lázaro, El Dilema del Apóstol Pablo, Ausentes Del Cuerpo Y Presentes Con El Señor, Predicando A Los Espíritus Encarcelados, ¿Qué Es El Alma?, Las Llaves Del Hades, Los Muertos, Parados Ante Dios, Las Almas bajo el Altar, El Fuego Eterno, Inmortalidad Del Alma O Resurrección.

09. “LA SANGRE DE CRISTO Y SU JUSTICIA PURIFICA NUESTRA ADORACIÓN”

Ahora Bien, El Punto Principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la ...