jueves, 19 de octubre de 2017

II. TRANSFORMADOS POR EL ESPÍRITU. 08. “RESTAURACIÓN DE LA IMAGEN DIVINA”


Y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4: 23, 24). 

En el plan de restaurar la imagen divina en el hombre, se estableció que el Espíritu Santo, como agente modelador, actuara en las mentes humanas como si fuera Cristo mismo. Al aceptar la verdad, el hombre recibe la gracia de Jesús, la que lo induce a consagrar sus habilidades santificadas a la obra con la cual el Salvador se comprometió. De este modo, se convierte en un colaborador de Dios y en un agente cuyo entendimiento brilla con la verdad. 

 Quisiera preguntarle a la iglesia: ¿Ustedes ya cumplieron con el plan de Dios de esparcir las preciosas joyas del evangelio para dar a conocer la luz divina? Al observar la acción de los profesos seguidores de Dios, ¿qué pensarán sus ángeles cuando ven que la iglesia de Cristo es tan lenta para dar a conocer la luz de la verdad al mundo sumido en la oscuridad moral? 

 Las inteligencias celestiales saben que la cruz es el mayor centro de atracción. Conocen que mediante la cruz el hombre caído recibe la expiación que restablece la unidad con Dios. 
 *Los concilios celestiales miran a los que profesan haber aceptado a Cristo como Salvador personal, para certificar si imparten el conocimiento de la salvación a los que permanecen en tinieblas. 
*Los observan para saber si están dando a conocer el significado de la dispensación del Espíritu Santo, y cómo es que mediante la obra de este agente divino, la mente del hombre, manchada y corrupta por el pecado, puede desencantarse de las mentiras y representaciones de Satanás, para aceptar a Cristo como Salvador y única esperanza. Jesús dijo: "Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca" (Juan 15: 16). 

 Como embajadora de Cristo, 
imploro a los que lean estas palabras 
a que presten atención cuando se los llame. 
"Si oyereis hoy su voz, 
no endurezcáis vuestros corazones" 
(Heb. 4: 7). 
 Sin vacilar un instante, pregunten: 
¿Pertenezco a Cristo?
 ¿Qué significa Jesús para mí? 
¿Cuál es mi obra? 
¿Cuáles son las características 
de los frutos que produzco?
 Review and Herald, 12 de febrero de 1895. 50 
 (Recibiréis Poder Con Elena G. de White)

II. TRANSFORMADOS POR EL ESPÍRITU. 07. “FORTALECIMIENTO INTERIOR”


Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. (Romanos 8: 12, 13).

 La promesa del Espíritu Santo no se limita a ninguna edad ni raza. Cristo declaró que la influencia divina de su Espíritu estaría con sus seguidores hasta el fin.  Desde el día del Pentecostés hasta ahora, el Consolador ha sido enviado a todos los que se han entregado plenamente al Señor y a su servicio. A todo el que ha aceptado a Cristo como Salvador personal, el Espíritu Santo ha venido como consejero, santificador, guía y testigo. 

 Cuanto más cerca de Dios han andado los creyentes, más clara y poderosamente han testificado del amor de su Redentor y de su gracia salvadora. Los hombres y las mujeres que a través de largos siglos de persecución y prueba gozaron de una medida de la presencia del Espíritu en sus vidas, se destacaron como señales y prodigios en el mundo. Revelaron ante los ángeles y los hombres el poder transformador del amor redentor. 

Los que en Pentecostés fueron dotados con el poder de lo alto, no quedaron desde entonces libres de tentación y prueba. Como testigos de la verdad y la justicia, repetidas veces eran asaltados por el enemigo de toda verdad, que trataba de despojarlos de su experiencia cristiana. Estaban obligados a luchar con todas las facultades dadas por Dios para alcanzar la medida de la estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. 

 Oraban diariamente en procura de nuevas provisiones de gracia para poder elevarse más y más hacia la perfección. Bajo la obra del Espíritu Santo, aun los más débiles, ejerciendo fe en Dios aprendían a desarrollar las facultades que les habían sido confiadas y Llegaron a ser santificados, refinados y ennoblecidos. Mientras se sometían con humildad a la influencia modeladora del Espíritu Santo, recibían de la plenitud de la Deidad y eran amoldados a la semejanza divina.
Los hechos de los apóstoles, pp. 40, 41. 49 (Recibiréis Poder Con Elena G. de White)

miércoles, 18 de octubre de 2017

II. TRANSFORMADOS POR EL ESPÍRITU. 06. “HUESOS SECOS VIVIFICADOS”


Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová. (Ezequiel 37: 14).
 No es el agente humano el que inspira vida. El Señor Dios de Israel hará esa parte avivando la actividad en la naturaleza espiritualmente muerta. El aliento del Señor de los ejércitos debe entrar en los cuerpos muertos. En el juicio, cuando se descubran todos los secretos, se sabrá que la voz de Dios habló mediante el agente humano, despertó la conciencia aletargada, conmovió las facultades muertas e impulsó a los pecadores al arrepentimiento, a la contrición y al abandono de los pecados. Entonces se verá claramente que, mediante el agente humano, se impartió fe en Jesucristo al alma que estaba muerta en delitos y pecados y fue vivificada con vida espiritual. 

Pero esta comparación de los huesos secos no sólo se aplica al mundo, sino también a los que han sido bendecidos con gran luz, pues éstos también son como los esqueletos del valle. Tienen la forma de hombres, la estructura del cuerpo, pero no tienen vida espiritual. Sin embargo, en la parábola los huesos secos no quedan solamente unidos con apariencia de hombres, pues no es suficiente que haya simetría entre los miembros y el organismo entero. El aliento de vida debe vivificar los cuerpos para que puedan levantarse y entrar en actividad. 

 Esos huesos representan la casa de Israel, la iglesia de Dios, y la esperanza de la iglesia es la influencia vivificante del Espíritu Santo. El Señor tiene que impartir su aliento a los huesos secos para que puedan vivir. El Espíritu de Dios, con su poder vivificante, debe estar en cada agente humano para que pueda entrar en acción cada músculo y tendón espiritual. Sin el Espíritu Santo, sin el aliento de Dios, hay embotamiento de conciencia, pérdida de vida espiritual. 

 Muchos que carecen de vida espiritual tienen sus nombres en los registros de la iglesia; pero no están escritos en el libro de la vida del Cordero. Pueden figurar en la lista de miembros pero no están unidos al Señor. Quizá sean diligentes en el cumplimiento de determinados deberes, y ser considerados como seres vivientes; pero muchos están entre los que tienen "nombres de que" viven, y están muertos.
Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 1187. 48 (Recibiréis Poder Con Elena G. de White)

II. TRANSFORMADOS POR EL ESPÍRITU. 05. "ARCILLA EN MANOS DEL ALFARERO"


Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿no podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel?, dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. (Jeremías 18: 4-6). 

Dejo mi pluma y elevo mi ser en oración para que el Señor dé aliento y vida a su pueblo que, por ser apóstata, se parece a huesos secos. El fin se acerca furtiva, silenciosa e imperceptible, como los pasos del ladrón que de noche sorprende a la guardia que no vela. Deseamos que el Señor conceda su Santo Espíritu a los ociosos, para que no sigan durmiendo como los demás; que sean sobrios y estén alertas. Después de haber desperdiciado la mayor parte del tiempo sin entregar al Alfarero el barro de su voluntad, ¿estaría dispuesto a cooperar con él para llegar a ser un vaso para su honra? Para ser susceptible a recibir las impresiones divinas, oh, ¡cuánto tiempo debe quedar la arcilla en manos del Alfarero y permanecer expuesta a los brillantes rayos de su justicia! 

 Si se le da oportunidad para que actúe en la vida, nada de origen terrenal y egoísta debe tolerarse a fin de que pueda modelar la imagen divina. El espíritu de la verdad santifica la vida interior. Cuando se comprende la grandiosidad de su obra, incluso los pensamientos se sujetan a Cristo.  Aunque supera nuestro entendimiento, es así como obra. 

¿Hay sabiduría en depender de las obras que realizamos? 
 Dejemos actuar a Dios en nuestro favor. ¿Hay alguna excelencia en la conducta y el carácter que pueda tener su origen en seres humanos finitos? No, todo procede de Dios, el gran centro o expresión del poder del alfarero sobre la arcilla. Oh, que los bendecidos por los tesoros de la verdad del Señor despierten para expresar de corazón: "Señor, ¿qué quieres que yo haga?" (Hech. 9: 6). Cada vez hay más luz para alumbrar a toda persona que desee compartirla con otros.
General Conference Daily Bulletin, 4 de febrero de 1893. 47 (Recibiréis Poder Con Elena G. de White)

II. TRANSFORMADOS POR EL ESPÍRITU. 04. "PARTICIPANTES DE LA NATURALEZA DIVINA".


Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. (2 Pedro 1: 4).

 Un cristiano fuerte es quien tiene a Cristo formado dentro, la esperanza de gloria. Ama la verdad, la pureza y la santidad. Gracias a su amor a la Palabra de Dios, su vitalidad espiritual lo lleva a buscar la comunión con los que viven en armonía con ella, a fin de poder captar cada rayo de luz que Dios comunica para revelar a Jesús, con el propósito de hacerlo más precioso para el creyente. 

 El que tiene una fe sólida halla que Cristo es la vida del alma, y que para él es como una fuente que brota para vida eterna. Así, con placer, somete todo poder personal a la obediencia a Dios. 
 El Espíritu, con su influencia vivificante, guardará a ese creyente en el amor de Dios. 

A los cristianos se les escribe: "Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 
 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 Ped. 1: 2-11).
Review and Herald, 11 de diciembre de 1894. 46 
(Recibiréis Poder Con Elena G. de White)

09. “LA SANGRE DE CRISTO Y SU JUSTICIA PURIFICA NUESTRA ADORACIÓN”

Ahora Bien, El Punto Principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la ...