En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte
de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que
hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos
los que se hallen escritos en el libro. (Daniel 12: 1).
Al acercarse los miembros del cuerpo de Cristo al período de su último
conflicto, al "tiempo de angustia de Jacob", crecerán en Cristo y
participarán en gran medida de su Espíritu.
Al crecer el tercer mensaje hasta ser un fuerte pregón, cuando acompañe
a la obra final un gran poder y gloria, los hijos de Dios participarán de
aquella gloria. La lluvia tardía será lo
que los fortalecerá y reavivará para atravesar el tiempo de angustia. Sus rostros resplandecerán con la gloria de
aquella luz que acompaña al tercer ángel.
Vi que Dios preservará de manera maravillosa a su pueblo durante el
tiempo de angustia. Así como Jesús oró
con toda la agonía de su alma en el huerto, ellos clamarán con fervor y agonía
día y noche para obtener libramiento.
Se proclamará el decreto de que deben despreciar el sábado del cuarto
mandamiento, y honrar el primer día, o perder la vida. Pero ellos no cederán,
ni pisotearán el sábado del Señor para honrar una institución del papado. Los
rodearán las huestes de Satanás, y los hombres perversos, para alegrarse de su
suerte, porque no parecerá haber para ellos medio de escapar. Pero en medio de
las orgías y el triunfo de aquéllos, se oirá el estruendo ensordecedor del
trueno más formidable. Los cielos se habrán ennegrecido, y estarán iluminados
únicamente por la deslumbrante y terrible gloria del cielo, cuando Dios deje
oír su voz desde su santa morada.
Los cimientos de la tierra temblarán; los edificios vacilarán y caerán
con espantoso fragor. El mar hervirá como una olla, y toda la tierra será
terriblemente conmovida. El cautiverio de los justos se cambiará, y con suave y
solemne susurro se dirán unos a otros: "Somos librados; es la voz de
Dios". Con solemne asombro
escucharán las palabras de la voz. Joyas
de los testimonios, t. 1, pp. 131, 132 (ed.
ACES, 1951). 345 RP/EGW/MHP
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