Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. (Tito 2: 1).
Estamos en continuo peligro de ponernos por encima de la sencillez del evangelio. En muchos hay un intenso deseo de sorprender al mundo con algo original, algo que arrebate a la gente a un estado de éxtasis espiritual y cambie el orden actual de lo que se conoce.
Hay, sin duda, gran necesidad de un cambio, pues la santidad de la verdad presente no se comprende como es debido; pero lo que necesitamos es una transformación del corazón que sólo se puede obtener buscando individualmente la bendición de Dios, e implorando en busca de su poder y orando fervientemente para que su gracia venga sobre nosotros a fin de que nuestros caracteres puedan ser transformados.
Este es el cambio que
necesitamos, y para lograr esta experiencia debemos utilizar energía perseverante
y manifestar sincero fervor; debemos preguntar con verdadera sinceridad: ¿Qué
Debo Hacer Para Ser Salvo? Tenemos Que Saber Con Exactitud Qué Pasos Estamos
Dando Hacia El Cielo.
Cristo dio a sus discípulos verdades cuya anchura, profundidad y valor,
poco apreciaban y ni siquiera comprendían; ahora existe la misma condición
entre el pueblo de Dios. También hemos fracasado en comprender la grandeza y en
percibir la belleza de la verdad que Dios nos ha confiado. Si avanzáramos en
conocimiento espiritual, veríamos que la verdad se desarrolla y ensancha en
formas que ni siquiera hemos soñado, pero nunca en alguna forma que nos induzca
a imaginar que podemos conocer los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto
en su sola potestad.
Vez Tras Vez He Sido Amonestada En Cuanto A Fijar Fechas. Nunca más
habrá un mensaje para el pueblo de Dios que se base en períodos fijos de
tiempo. Tampoco sabremos el tiempo definido para el derramamiento del Espíritu
Santo o para la venida de Cristo. Review and Herald, 22 de marzo de 1892. 332
RP/EGW/MHP
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