Y
muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la
mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. Entonces
vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó
allí dos días.
Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el, Salvador del mundo, el Cristo. (Juan 4: 39-42).
Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el, Salvador del mundo, el Cristo. (Juan 4: 39-42).
Las
mujeres pueden hacer una gran; obra para Dios, siempre y cuando primero
aprendan la preciosa e importante lección de la mansedumbre en la escuela de
Cristo. Podrán beneficiar
a la humanidad si presentan la suficiencia plena que encontramos en Jesús. Cuando cada feligrés perciba su responsabilidad individual, y cuando humildemente emprenda
la tarea que tiene por delante, tendrá éxito.
Dios da a cada persona su obra de acuerdo con la habilidad que posee. No será una tarea fácil trabajar para el Maestro en esta época. Pero cuánta perplejidad se podría evitar si los obreros dependieran continuamente de Dios y consideraran debidamente las instrucciones que él dio. Nos dice: "De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría". (Rom. 12: 6-8).
a la humanidad si presentan la suficiencia plena que encontramos en Jesús. Cuando cada feligrés perciba su responsabilidad individual, y cuando humildemente emprenda
la tarea que tiene por delante, tendrá éxito.
Dios da a cada persona su obra de acuerdo con la habilidad que posee. No será una tarea fácil trabajar para el Maestro en esta época. Pero cuánta perplejidad se podría evitar si los obreros dependieran continuamente de Dios y consideraran debidamente las instrucciones que él dio. Nos dice: "De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría". (Rom. 12: 6-8).
Este
es un tema que requiere un estudio crítico y cuidadoso. Se cometen no pocos
errores cuando las personas no obedecen esta instrucción. Muchos a quienes se
les confía una tarea modesta para hacer para el Maestro, pronto se sienten
insatisfechos al pensar que ahora deberían ser maestros y líderes.
Quieren dejar su humilde ministerio que es tan importante como el de mayores responsabilidades. Quienes se dedican a la visitación llegan a pensar que cualquiera puede hacer esta tarea de hablar palabras de simpatía y ánimo y de conducir a las personas en forma humilde y serena a una correcta comprensión de las Escrituras.
Pero es una obra que demanda mucha gracia, mucha paciencia
y una dotación siempre creciente de sabiduría.
Quieren dejar su humilde ministerio que es tan importante como el de mayores responsabilidades. Quienes se dedican a la visitación llegan a pensar que cualquiera puede hacer esta tarea de hablar palabras de simpatía y ánimo y de conducir a las personas en forma humilde y serena a una correcta comprensión de las Escrituras.
Pero es una obra que demanda mucha gracia, mucha paciencia
y una dotación siempre creciente de sabiduría.
Manuscript
Releases, t. 11, pp. 278, 279. 216 RP/EGW
No hay comentarios:
Publicar un comentario