Es como el hombre que, yéndose lejos, dejó su casa,
y dio autoridad a sus siervos,
y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. (Marcos 13: 34).
y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. (Marcos 13: 34).
Jesús está ministrando en el santuario celestial,
pero también está con sus servidores.
Dice: "Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28: 20).
Es el Director espiritual de su iglesia sobre la tierra, y desea ver a los feligreses determinados a trabajar en armonía para el avance de su reino. El gran Maestro estableció una sucesión de servidores confiriéndoles su autoridad.
Dice: "Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28: 20).
Es el Director espiritual de su iglesia sobre la tierra, y desea ver a los feligreses determinados a trabajar en armonía para el avance de su reino. El gran Maestro estableció una sucesión de servidores confiriéndoles su autoridad.
Escogió para su obra a hombres de talentos variados
y diferentes habilidades,
los cuales podrían no ser los que usted elegiría, pero que pasarán por una experiencia que lo llevará a ver que Dios exalta a quienes usted considera inferiores.
los cuales podrían no ser los que usted elegiría, pero que pasarán por una experiencia que lo llevará a ver que Dios exalta a quienes usted considera inferiores.
Cuando se realice el juicio y se abran los libros,
muchos se sorprenderán por la evaluación del carácter que Dios hace. Se darán
cuenta de que él no mira como el hombre lo hace; que su juicio no es como el de
los hombres. Lee el corazón. Conoce los motivos que impulsan las
acciones, y reconoce y ensalza cada esfuerzo fiel hecho en su honor.
El Señor utiliza diversos dones en su obra. Que
ningún obrero piense que sus talentos son superiores a los de otro. Permitan
que Dios sea el juez. El prueba y aprueba a sus siervos, y hace una evaluación
justa de sus habilidades. Él ha puesto en la iglesia una variedad de dones como
para afrontar todas las necesidades de la diversidad de mentes con las cuales
sus obreros entrarán en contacto.
El Señor ha dado a cada hombre su tarea, y cada
creyente ha de hacer la obra que el Señor le dio. No todos tienen los mismos
dones o disposición. Sin embargo, todos necesitan sentir diariamente el poder
convertidor del Espíritu Santo a fin de llevar mucho fruto para el Señor. No es el que predica el evangelio quien
provee la eficiencia que trae éxito a sus esfuerzos. Es el Obrero invisible que está detrás del ministro
quien convence y convierte a las personas.
quien convence y convierte a las personas.
Bible Training School, 1º de noviembre de 1909. 213 RP/EGW
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