¿Está
alguno enfermo entre vosotros? Llame a
los ancianos de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre
del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo,
y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
(Santiago 5:14,15).
y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
(Santiago 5:14,15).
El
poder de Cristo para detener la enfermedad en lo pasado ha sido revelado en
forma admirable. Antes que fuéramos
bendecidos con instituciones para ayudar a los enfermos en sus sufrimientos,
mediante tratamientos diligentes y oraciones fervientes con fe en Dios tuvimos
éxitos notables con casos aparentemente sin esperanza.
Hoy
el Señor invita a los que sufren a que tengan fe en él.
La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios.
La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios.
"Salió
Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos. Y llegado el día
de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban,
y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas?
¿Y qué sabiduría es, esta que le es dada, y estos milagros que por sus
manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo,
de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus
hermanas? Y se escandalizaban de
él. Mas Jesús les decía: No hay profeta
sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Y no
pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo
sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos"
(Mar. 6: 1-6).
Con
todo tratamiento que damos a los enfermos, debería ofrecerse oraciones
sencillas y fervientes pidiendo la bendición de la salud. Señalemos a los
enfermos al compasivo Salvador y su poder de perdonar y de sanar. Mediante
su providencia gratuita pueden ser restaurados.
A los sufrientes señalen a su Abogado en las cortes celestiales.
Díganles que Cristo sanará al enfermo si se arrepiente y abandona la transgresión de las leyes de Dios. Hay un Salvador que se manifestará en nuestros sanatorios para sanar a los que se sometan a él. Los sufrientes pueden unirse con ustedes en oración, confesando su pecado y recibiendo el perdón.
A los sufrientes señalen a su Abogado en las cortes celestiales.
Díganles que Cristo sanará al enfermo si se arrepiente y abandona la transgresión de las leyes de Dios. Hay un Salvador que se manifestará en nuestros sanatorios para sanar a los que se sometan a él. Los sufrientes pueden unirse con ustedes en oración, confesando su pecado y recibiendo el perdón.
Manuscript
Releases, t. 8, pp. 267, 268. 202 RP/EGW
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