¡Cuán hermosos son sobre los
montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que
trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios
reina! (Isaías 52: 7).
Las oraciones fervientes y
sinceras harán más en favor de la circulación de nuestras publicaciones que
todos los costosos cuadros que hay en el mundo.
Si los obreros prestaran atención a lo que es verdadero y real; y si
oraran, creyeran y confiaran, el Espíritu Santo sería derramado sobre ellos en
poderosas corrientes celestiales, y como resultado haría impresiones más
duraderas en el corazón de la gente. Por
esto, oren y trabajen, trabajen y oren.
Entonces el Señor acompañará sus esfuerzos.
Cada colportor tiene una real y
constante necesidad de ministración angélica, porque debe realizar una tarea
muy importante que no se puede llevar a cabo con la fortaleza propia. Los que nacieron de nuevo y aspiran a ser
guiados por el Espíritu Santo, desean realizar, al modo de Cristo, las cosas
que pueden hacer. Trabajan como si es
tuvieran viendo al universo celestial que los observa. Estos serán acompañados e instruidos por los
santos ángeles, quienes irán delante de ellos a las casas de las gentes para
prepararles el camino...
Cuando los hombres se den cuenta
del tiempo en que estamos viviendo, anhelarán trabajar como a la vista del
cielo. El colportor deseará vender las
publicaciones que son portadoras de luz y fortaleza, y, para lograr dicho
propósito, beberá el espíritu de esos libros e invertirá todas las fuerzas de
su ser en la obra de presentarlos a la gente.
Su fortaleza, su valor y su éxito dependerán de cuán plenamente
entretejida en su propia experiencia, y desarrollada en su carácter, esté la
verdad presentada por esos libros.
Cuando la propia vida esté moldeada por ella -la verdad-,
los mensajeros podrán avanzar presentando a otros la luz sagrada que contienen los libros que están tratando de colocar en los hogares. Imbuidos con el Espíritu de Dios, obtendrán una rica y profunda experiencia, y los ángeles celestiales les ayudarán para que la obra obtenga buenos resultados.
Cuando la propia vida esté moldeada por ella -la verdad-,
los mensajeros podrán avanzar presentando a otros la luz sagrada que contienen los libros que están tratando de colocar en los hogares. Imbuidos con el Espíritu de Dios, obtendrán una rica y profunda experiencia, y los ángeles celestiales les ayudarán para que la obra obtenga buenos resultados.
Australasian Union Conference
Record, 1º de mayo de 1901.
RP /EGW151
RP /EGW151
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