Ni tampoco
presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino
presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia. Rom. 6:13.
EL SEÑOR
desea que sus siervos escogidos aprendan a fusionarse. Hemos de brindar a los
habitantes del mundo una decidida influencia para bien.
POR MUY
DIVERSOS que sean los talentos de sus obreros, éstos han de trabajar unidos,
revelando todos amabilidad y amor.
POR MEDIO
De Diferentes Dones la verdad ha de ser proclamada, controlados todos los dones
por el mismo Espíritu...
"Venid
a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar"
(Mat. 11:28).
ESTA ES LA RECETA para curar las enfermedades espirituales, mentales y físicas. ES LA DÁDIVA DE CRISTO para todos los que lo buscan en verdad y con sinceridad.
ÉL ES EL
PODEROSO SANADOR. Luego nos hace otra invitación: "Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga"
(vers. 29,30).
USANDO EL
YUGO DE CRISTO, y aprendiendo de Él, las lecciones de mansedumbre y humildad,
hallamos descanso en la fe, en la seguridad y en la confianza. DESCUBRIMOS que
el yugo de Cristo es fácil, y su carga, ligera.
QUE
AQUELLOS que tienen responsabilidades recuerden que es el Espíritu Santo quien
realiza la tarea de moldear. Es el Señor quien controla.
No Debemos
tratar de forjar según nuestras propias ideas a aquellos por quienes
trabajamos.
DEBEMOS
dejar que Cristo realice esta labor. El no sigue modelo humano alguno. Actúa de
acuerdo con su propia mente y espíritu.
ES OBRA
DEL HOMBRE revelar al mundo lo que Jesús puso en su corazón. Por medio de su
gracia el hombre llega a ser partícipe de la naturaleza divina, habiendo huido
de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.
Las Más
Elevadas Facultades del que recibe a Cristo son vigorizadas y ennoblecidas.
Recibe la idoneidad necesaria para el servicio de Dios. . .
AQUEL que
una vez fue el querubín cubridor, cuya tarea consistía en velar de las inteligencias
celestiales la gloria de Dios, pervirtió su intelecto y se separó del Señor.
Si un ser tan exaltado pudo caer tan bajo como
para convertirse en el autor del pecado, que el hombre no se vanagloríe, sino
que aprenda a llevar, lleno de gracia, el yugo de Cristo, manifestando su
mansedumbre y humildad, creyendo en El, colaborando con El.
"Porque habéis sido comprados por precio; glorificad pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Cor. 6:20).
ATO
284/EGW/MHP
AUDIO.
https://www.youtube.com/watch?v=Yk4rE6Jjj0E&list=PLVsLdOIe7sVsk9aVpAJGiwb25IEMeHNqV&index=29
(Carta 197, del 29 de septiembre de 1901,
dirigida al pastor S. N. Haskell y Sra.). 285
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